La línea de los sueños
El silencio de tu respiración cuando duermes profundamente; tus talones, a salvo de cualquier falla a pesar del terremoto que desencadenas con los tacones; la forma de morderte el labio inferior cuando no entiendes algo y no tienes nadie cerca; tus andares de bruja sobre las cazuelas, y esa envidiable habilidad para esparcir especias sin que ninguna se quede pegada a tus dedos; tus andares, en general, con el marcado acento en los dedos de tus pies, donde cargas el peso, quizá eso explique lo de los talones, no sé; que nunca señales con el dedo, como las niñas bien; la línea de los sueños, esa que se forma entre el principio de tus costillas y el inicio de tus caderas; la manera en la que toda la ropa interior se adapta a tu cuerpo como una segunda piel; el modo en el que abrazas cuando llevas solamente cinco minutos despierta; el modo en el que muerdes cuando te quedan solamente cinco minutos para dormir; que nada se te rompa, nunc...